sábado, 8 de diciembre de 2012

EL PADRE LORENZO UN “CANADIENSE-QUETZALENSE” QUE NO OLVIDAREMOS. RECONOCIMIENTOS A SUS HERMOSAS JORNADAS DE TRABAJO EN PRO DEL MUNICIPIO.
Por: Dr. Benjamín Ruiz Carlos.


El hombre apareció en el pueblo como aparece el verano en los montes lentamente, poco a poco. Porque lentamente el humilde sintio el calor que emanaba de aquel sacerdote alto, de complexión fisica delgado esparció su sonrisa en los caminos y montes del pueblo, que supieron de su andar rápido y pisada firme. El Quetzal, así se llama el pueblo de Guatemala que escogió para ejercer su apostolado, está rodeado de montañas y de joyadas color verde esmeralda, las cuales surcadas por rios, semejan poesía de sol y de luz, El Quetzal, es poema de montañas y de cerros . El cielo azul transparente, se junta con el verde lejano mar, formando un solo fragmento. L a vida en el pueblo se ofrece bella y sorprendente, en cualquier recodo, en cualquier esquina… Aquí ejercía el sacerdote el ministerio de su religión catolica cristiana. Cuando lo conocimos lo llamamos cura con cierto aire despectivo en nuestras palabras. Sin embargo, al marcharse del pueblo lo despedimos con un respetuoso ¡Hasta pronto, Padre Lorenzo!.

El sacerdote realizó el milagro de hacer que mi ipinión sobre su iglesía cambiara positivamente. Aquel religioso obro con palabras y acciones. Abondonó la comodidad de su hogar Canadá para compartir el dolor con los necesitados del balsamo de la fé. Tenía el don de crear en el espacio y en el tiempo. Vivió con nosotros intensamente,ofreciendo la caridad y la comprensión a sus hermanos, los humildes, los pobres. En poco tiempo de convivir con la gente del pueblo, ellos los pobres y sencillos peones del campo lo sintieron suyo.

El padre Lorenzo fue fecundo, como ninguno, en la creación de obras para servicio del pueblo. La iglesía y la casa parroquial al principio de su misión.

Posteriormente edificó de tal modo que la enseñanza y el aprendizaje se acrecentaron. Se da albergue en el edificio al Instituto Básico del pueblo. Existe una casa de la Cultura que funciona en su propio teatro, amplio en sus dimenciones. Bajo su dirección se construyeron casas para particulares y en puente en Aldea Chibuj que demuestra por su originalidad, su capacidad creadora. Apoyó la enseñanza y la capacitación del obrero y del campesino, devolviendo con ello la dignidad perdida en cualquier cafetal de los humildes. Al Padre Lorenzo se le puede llamar, sin falsa modestia, el mas fecundo de los quetzalenses.

Porque eso fue el religioso: Un quetzalense de los que aman de veras al pueblo que los ha cobijado en su seno.

Su trayectoria entre nosotros fue limpia y pródiga para el municipio, sin discusión alguna. Sin objecciones. Ahora bien: ¿Qué hicios nosotros para apoyarlo en sus luchas y afanes para superarnos? NADA. SÍ, nada.

Parece imposible de creer pero, nuestro benefactor solo encontró escollos en su camino. No se le comprendió. Escasos de visión y cortos de entendederas, como si nuestros ojos llevaran tapaderas a los lados y arriba. Para mirar solo el suelo y asi evitarnos el enfrentamiento a toda la realidad del momento.

Ahora que las pasiones talvez se han enfriado, meditemos y reflexionemos sobre el ejemplo que nos proporciona el siguiente hecho: el sacerdote adquirió tierras para aumentar las dimensiones fisicas del pueblo, beneficiandonos o beneficiando a numerosos familias necesitadas, sin descriminaciones, en cambio nuestras pasadas autoridades municipales han negociado el patrimonio del municipio irresponsablemente, sin reparar aparentemente en el daño que se le hace a la comunidad. ¿QUIEN NOS ENTIENDE VERDAD?.

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