Desde España a Guatemala
VALENCIA, 15 de febrero de 2009
Hace meses, nuestro amigo Juanjo no invitó a
escribir unas líneas en vuestra publicación, y la verdad es que me es muy
difícil expresar lo que siento desde la distancia , pues llevamos años oyendo
hablar de Guatemala, de San Marcos, y de El Quetzal.
Nosotros somos una familia afortunada, pues yo
trabajo como profesor en un Instituto, mi mujer es médico en un hospital de
nuestra ciudad, y nuestro hijo acaba de cumplir los 14 años y se está
convirtiendo en una persona que ya comprende las grandes desigualdades entre
los pueblos y las muchas injusticias que encontramos en el mundo.
Cuando nuestro hijo Guillermo tomó la 1a. Comunión
hace algunos años, le propusimos la idea de que en lugar de regalos, le
pidiese a los invitados, que colaborasen con el dinero que pudiesen
aportar, para mandarlo a algún lugar en donde hiciese más falta que aquí,
y ahí apareció entonces nuestro amigo Juanjo, quien nos sugirió la posibilidad
de montar un parque infantil, que llevaría su nombre y en el que pudieran disfrutar
los niños y niñas de El Quetzal, pues los niños deben crecer como niños y ser
un poquito felices todos los días, y allí fue a parar esa aportación para hacer
posible el sueño de tener parque.
Ese parque lleva el nombre de Guille Uríos, pese a
que debería llevar el nombre de todos los que ayudaron a
construirlo convirtiendo ese sueño en una bella realidad.
No por ello dejamos de sentir una gran ilusión
viendo a los niños y niñas jugando en él, subidos a los columpios , y con
esas sonrisas de felicidad.
Por todo ello nos sentimos aún más más unidos a El
Quetzal, y les mandamos todo nuestro afecto desde España, desde nuestra casita
junto a la playa, hasta el altiplano guatemalteco .. Y solo quedamos con la
esperanza de tener algún día la oportunidad de poder disfrutar de ese parque
parroquial junto a todos ustedes.
Un fuerte abrazo para toda la comunidad de El
Quetzal desde este rinconcito del Mediterráneo.
Con todo nuestro cariño
En diferentes ocasiones, personas entusiastas han tenido la idea de establecer
grupos culturales, de entretenimiento y de servicio social.
Se recuerda
muy gratamente, al club juvenil “Destroyer” que además de actividades deportivas, organizó veladas culturales y promovió otras de beneficio social, que fueron bien
recibidas por el vecindario.
Mención especial merece el grupo Scout No. 1 de El
Quetzal, cuya gráfica aparece al inicio, que agrupó en su seno a niños y jóvenes en las sanas actividades del scultismo,
sobresaliendo por el entusiasmo y disciplina que manifestaban en las
actividades que desarrollaron.
Por los senderos del recuerdo ...
Benjamín
Rodrigo Ruiz Rodríguez
(1901—1959)
En la historia de El Quetzal, San Marcos, debe quedar
grabado para la eternidad el nombre de uno de sus hijos que dejó huella imborrable
durante su estancia terrenal.
Fallecido a la edad de 58 años, sirvió a su municipio
como pocos quetzalenses lo han hecho.
Hijo menor del matrimonio formado por Nicolás Ruiz
Sánchez y Teresa Rodríguez Muñoz de Ruiz, honorables vecinos fundadores de este
municipio que anteriormente se conoció como caserío “Rancho El Naranjo”.
Imbuido de auténtico civismo y profundo amor al terruño
inculcado por sus padres, “Don Mincho Ruiz”, como fue conocido en todo el
municipio, en sus funciones de empleado
como tesorero municipal y receptor fiscal y como funcionario al ejercer como
Alcalde Municipal y Juez de Paz en varios periodos, su desempeño fue
transparente buscando la superación y desarrollo del querido terruño, lo que le valió el reconocimiento de
sus conciudadanos.
Como padre de familia, junto a su esposa María del
Rosario Carlos de Ruiz, el más preciado legado para sus hijos fue, con gran
sacrificio, proporcionarles una carrera profesional.
Sirvan estas líneas para mantener vigente la memoria y el recuerdo de un ciudadano probo y
padre ejemplar.
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